A propósito de Metrópolis Journal

El cine es una celebración desde cualquiera de sus perspectivas. Si lo miramos desde el punto de vista del ocio, determinados géneros pueden resultar todo un satisfactorio pasatiempos. Para aquellos paladares más exigentes, el cine y su forma suponen un manjar audiovisual del cual poder reflexionar acerca de las ideas propuestas por sus autores. Para aquellos individuos cuyo máximo fin sea el enriquecimiento económico, por supuesto tener un ojo determinante al seleccionar esos proyectos con largo recorrido en el mercado puede ser, por supuesto, un logro profesional del que estar satisfecho.

Pero, ¿qué sucede con aquel cine creado como vía artística para exponer las inquietudes que residen en lo más profundo de la mente del autor? Por supuesto, situarse en el segundo papel mencionado en el anterior párrafo puede ser de gran comodidad para cualquier persona que haya estudiado el cine y su forma. Yo apuesto por adoptar una posición crítica en la que el contraste entre el contexto social, político y económico del momento pueden darnos una mayor perspectiva de lo que supone un filme. Una película no es una película. O mejor dicho, una película no debería ser solo una película. Un filme no es en cuanto a sí mismo, como anoto en la introducción a este primer dossier del mes de febrero con el que abrimos este medio. Un filme es en cuanto a que existe en la mente del espectador que juzga cualquier despojo auditivo o visual que estimule sus ansiosos y críticos ojos. Y esa mente crítica es en cuanto a todos aquellos textos que han conformado el edificio de su pensamiento, desde la situación política, cultural, o económica que haya vivido.

Por ende, ¿cuál es el propósito de Metrópolis Journal? Gozar de la crítica. Gozar del escepticismo (anti)canónico que se nos ha instaurado - o eso se nos ha hecho creer - en la mente para someter a duda todo aquello que se nos plasma en un filme. Entraremos por ello no solo en la comparación, sino también en la interpretación de las películas en cuanto a su situación en el imaginario de un colectivo determinado. Esto nos llevará a sacar a la luz cualquier filme que necesite dar voz a aquella persona que lo ha usado como intermediario para hacer más llevadero su existencialismo, en algunos casos vital.

¿Cómo organizaremos las publicaciones semanales? Se establecerán temas mensuales que definan una línea conversacional entre todos los post del blog y, a poder ser, con el dossier propuesto o con alguno de sus apartados. Por ello, animo a toda aquella persona curiosa que esté detrás de la pantalla leyendo estas palabras a continuar con el equipo del medio y sus sustanciosas conclusiones para saciar su sed de conocimiento fílmico.

Febrero es el mes del amor, celebrado desde hace años por sus películas románticas. En pleno 2021, esto del amor puede llegar a ser terreno pantanoso para la industria cinematográfica; puesto que la contradicción social que existe entre el término amor (genérico) y el pensamiento de la sociedad occidental en cuanto a problemas feministas o con el colectivo LGTBI+, parecen no hablar el mismo idioma (o al menos en la mayoría de los casos). Precisamente esta temática es la que abordaremos en este mes, tratando de esclarecer los problemas que esta contradicción supone.

Esperemos que disfruten del dossier de este mes y de las sucesivas publicaciones.

Un cordial y caluroso abrazo.

Sergio Fernández, director de Metrópolis Journal.