Más allá del film. Curiosidades fílmicas
- Pablo Ortega
- 15 feb 2021
- 5 Min. de lectura
Riccioto Canudo, en su Manifiesto de las siete artes (1911) designó a la cinematografía como el séptimo arte, una primera aproximación a lo que estaría por llegar, resultando una evocación de su contemporaneidad, pero a su vez, de nuestro pasado y futuro más inmediato. A través del movimiento de la imagen, son múltiples las historias clasificadas como huella y patrimonio de la humanidad, ante su valía narrativa y técnica capaces de ejercer una veloz influencia en el espectador. En esta sección, trataremos de ejecutar una pequeña incisión en el cine, con el propósito de distinguir elementos que van más allá de lo que se nos muestra en pantalla. Por ello, y para el alzamiento del nivel cultural del lector, hemos optado por la integración de breves aunque interesantes curiosidades que vinculan al arte a lo más humano, pues la Historia no sólo se concentra en la imagen percibida por el espectador, sino a su vez, en los eventos que tienen lugar tras dicha secuenciación. Comenzaremos, por ello, a través de un par de cuestiones vinculadas a la Historiografía del Cine para posteriormente avanzar hacia cuestiones vinculadas a productoras, entidades fílmicas y cintas en su individualidad. ¡Procedamos!
¿Cuál es considerada como la primera obra cinematográfica en el nacimiento de este séptimo arte? ¿Cuál fue el Impacto de estas primeras propuestas?
Para hallar una concisa respuesta a esta cuestión, habremos de remontarnos a los orígenes de la cinematografía, hacia finales del siglo XIX (28 de diciembre 1895, para precisar). Los Hermanos Auguste Marie Louise Nicolas Lumière y Louis Jean Lumière, hacia dicho período temporal, presentaron y patentaron el cinematógrafo, la invención tecnológica del momento empleada como captadora de imágenes en movimiento y como proyector.

La construcción del cinematógrafo supondrá un inmediato interés ante su representación ante el público mediante el film La Sortie de l’Usine Lumière à Lyon Monplaisir (Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir), una sencilla propuesta experimental, pues es preciso señalar que el arte fílmico fue concebido como una metodología de experimentación, jamás con la pretensión de ser calificado como arte. De hecho, uno de los hermanos Lumière proclamó la clasificación de su invención como un instrumento científico. En ella, destacamos un sencillo encuadre de los múltiples obreros en su salida de la fábrica de los Hermanos Lumière, como bien señala su título. Los orígenes del cine conformaron lo que denominamos: MRP (Modo de Representación Primitivo), caracterizado por la experimentación de cineastas, en cuyas apuestas se visualizaban eventos o acontecimientos de carácter cotidiano. Con posterioridad, los Hermanos Lumière continuaron su científica metodología a través de otras apuestas, de breve extensión, como cabe esperar de un recién nacido y primitivo cine, como L’Arrivée d’un Train à La Ciotat, cuyo impacto ante su proyección ante el público es de interesante estudio, pues el film exponía, en sus imágenes, la aproximación del tren hacia el público, quienes permanecían aterrados ante la creencia de su salida de la pantalla. Sin duda alguna, resulta de sumo interés el comportamiento de la ciudadanía ante tal experiencia.
Educado en Cinematografía: Modelos de Representación y Primera Escuela Fílmica
Estas curiosidades guardan una interesante relación con la cinematografía del MRP (Modo de Representación Primitivo), en sus orígenes, evocando un interés por la experimentación y el carácter científico en la muestra de los acontecimientos sobre la pantalla. Tras ello, junto a las nuevas experiencias y desempeños cinematográficos a causa de las investigaciones por parte de sus cineastas, se alcanzará el MRI (Modo de Representación Institucional y el denominado Cine de Atracciones, por Noël Burch, teórico cinematográfico que designó una época de espectacularidad en la muestra de las imágenes ante la consolidación de la narrativa como punto de partida). Sin embargo, pese al interés de este panorama cultural y tecnológico, y ante el conocimiento de escuelas de enseñanza cinematográfica, surge una cuestión:

¿Cuál fue la primera escuela en concentrar conocimiento y teorización sobre el cinematógrafo? Hemos de acudir, así pues, a la Unión Soviética. El Instituto Pansovíetico de Cinematografía, fundado en 1919 y, en la contemporaneidad, consolidada como Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía, es considerada como la primera institución ocupada de su investigación, por parte de su director Vladímir Gardin (Ana Karenina, 1914). El Cine Soviético, una de las muestras más interesantes de la cinematografía en su historia, es caracterizado por su ímpetu por el cine propagandístico - político y el análisis en el montaje, uno de los elementos fundamentales en la comprensión de la construcción fílmica. Autores como Serguéi Eisenstein o Dziga Vertov serán los propulsores de esta nueva ola de cineastas soviéticos, a través de cintas como El Acorazado Potemkin (Eisenstein, 1926) o El Hombre de la Cámara (Vertov, 1929). Pese al nacimiento del Cine en Francia, su primera institución oficial conduce hacia ante el interés soviético por el mismo.


¿Cuál fue la primera cinta de color de la Historia de la Cinematografía?

Para ultimar, detallamos la última curiosidad de esta sección. Adaptación de la novela La Feria de las Vanidades, de William Makepeace Thackeray, que a su vez, el propio título proviene del alegórico relato: El progreso del peregrino, de John Bunyan, cuya ciudad de las vanidades es una referencia al pausado progreso del camino de un peregrino: una eterna feria en la ciudad de Vanidad, representación de la atracción del Ser Humano por los elementos mundanos y demás pecados. El film corresponde a Becky Sharp (Mamoulian, 1935). Su argumentación puede establecerse a partir de una sencilla aunque concisa línea: el ascenso y el descenso de una mujer en la sociedad inglesa del siglo XIX.
Walt Disney y la Propaganda Antinazi
Walt Disney puede considerarse como la colosal entidad que dio forma y color a la gran mayoría de infancias durante décadas. Las emotivas y sólidas narrativas por las que apuesta, así como sus mensajes reivindicativos, son las características únicas por las que aún acudimos al visionado de sus cintas, pese a la gran apuesta por remakes y la frecuentación de historias ya previamente relatadas. Sin embargo, hay un detalle que podemos desconocer del gran titán de la industria cinematográfica: el desarrollo de múltiples cortometrajes de animación en 1943 con gran contenido satírico y burlón hacia la apología nazi. Las historias narran la contratación, por parte del gobierno norteamericano, de un dibujante, en 1943, al límite del descenso a la bancarrota.

A este dibujante se le encomendó la tarea de tomar personajes como el Pato Donald, los Looney Tunes, Popeye o Superman para su integración en cortometrajes, en representación de un conciso mensaje contra la ideología nazi y su Régimen Fascista. Uno de sus metrajes más reconocidos posee el título de: Education For Death (Geronimi, 1943), basado en un libro de Gregor Ziemer que ensalzaba a Estados Unidos como la nación que habría de salvar el mundo de la tiranía de Hitler, potencialmente caricaturizado.

Se concibe otro título, denominado Der Fuehrer’s face (Kinney, 1943), en el que Donald es reclutado por los nazis para su contribución, mediante el trabajo en cadena, en la creación de misiles. Como curiosidad dentro de este dato, dicho título que nos hallamos citando, consiguió resultar victorioso como Mejor Corto Animado, en el que se emplea el alemán para las voces de los nazis y su posterior traducción al inglés.
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